La Casa Lila
3ª visita
Son las 17:30 de la tarde
aproximadamente, y volvemos por tercera vez a la Casa Lila. Esta vez, lo que
queremos comprobar, es si los fenómenos que se producen normalmente de noche,
que es cuando solemos realizar las visitas, también pueden producirse de día.
Cuanto más visitamos este inquietante
lugar, más nos gusta, y personalmente más me atrae. A la luz de un soleado y
caluroso día de verano, lo cual mitiga un importante tanto por ciento de
sugestión, la famosa casa Lila se muestra con una enorme belleza interior que
realmente te invita a entrar a observarla. Que lástima tan grande no haberla
podido visitar en un tiempo en el que
no estuvo tan derruida y atacada por
pintadas, a la cual más burda, incluso soez.
“Hola buenas tardes, con permiso venimos
a visitaros de nuevo. Esperamos no ser una molestia, gracias.” Damos una vuelta
por el interior, accediendo un rato a la tercera planta. No parece que capte
orbes con mi cámara fotográfica, aunque con tanto destello solar es muy improbable
encontrar tal fenómeno.
Nos
asentamos de momento en el baño. Hacemos algunas grabaciones, y probamos con la
spirit box. Puede ser que estén contestado a nuestras preguntas, pero apenas
entendemos casi nada. En las grabadoras empiezan a registrarse algunas cosas,
aunque demasiado sutiles. Mientras continuamos con la spirit box, notamos que
algo le pasa al aparato. Rápidamente nos damos cuenta de que las pilas se están
agotando. Nuestro compañero asegura que están nuevas, recién puestas, por lo
que no es muy normal que se agoten en menos de media hora. Algo ha consumido
las pilas. Nuestra primera prueba de que aquí no estamos solos llega enseguida.
Es muy normal que los entes, las energías, los fantasmas que puedan habitar un
lugar hagan uso de la energía de pilas o baterías de aparatos electrónicos,
probablemente y por así decirlo, para coger fuerza y comunicarse con nosotros.
Este hecho de consumir las pilas de un aparato lo tengo registrado alrededor de
las 18:20, y mientras seguimos investigando, un grito lejano pero muy cercano,
largo y desgarrador nos sobresalta. Son las 18:30. Esto indica que
efectivamente, sopesando los ruidos ambientales comprobamos que pueden
sucederse fenómenos. Es más, debido al corto período de tiempo entre el tema de
las pilas y el grito, la cosa se está animando.
A nuestro compañero se le ocurre algo,
que si sale a nuestro capricho va a ser realmente alucinante. Coge dos tablones
del suelo y los empina apoyado uno contra otro. Luego comenta en voz alta que
le gustaría que los tablones cayesen al suelo: “Os gustaría jugar con
nosotros?, queremos que tiréis estos tablones!”. No hay respuesta. “Vamos a
salir del baño, iremos a la habitación de al lado, y queremos que por favor
tiréis estos tablones al suelo, ¿de acuerdo?”. Salimos a la habitación de al
lado, charlando entre nosotros y repitiendo la misma petición. Lejanamente pero
dentro de la casa, estamos escuchando murmullos. Quizás sea demasiado pedir, pero
entonces me giro porque he oído un ruido detrás de mí, y acto seguido oímos
caer los tablones. Corremos hacia el baño estupefactos. Correcto!!!, los
tablones han caído al suelo, pero no sólo eso, si no que han quedado en forma
de una perfecta cruz cristiana. Es muy, muy difícil a nuestro parecer que
hallan quedado así. La euforia nos invade, pero antes vamos a hacer algunas
pruebas. Volvemos a empinar los tablones de nuevo. Saltamos casi encima sin
tocarlos, provocamos aire y no se caen. Los tiramos nosotros varias veces, y de
ninguna manera quedan ni lejanamente parecidos a una cruz cristiana. Estamos
muy asombrados con este hecho. Hemos comprobado en varias ocasiones que en esta
derruida casa la probabilidad de que ocurran las cosas que pides que pasen es
muy alta, pero mirándolo todo con ojos escépticos, no hay manera de encontrar
una explicación lógica a todo esto, por lo que ahora más que nunca estamos
totalmente convencidos del poder energético y espiritual que aquí reside.
Mientras comentamos lo que acabamos de
vivir, percibimos un agudo pitido muy cerca nuestro. Afinamos los oídos y
buscamos ese insistente sonido. Finalmente encontramos la radio que nos sirve
de spirit box, emitiendo el fino pitido. La misma que tenía aun puestas las
pilas consumidas esta dando señales de que le queda algo de energía.
Con
la ilusión de que podamos volver a presenciar algún fenómeno más, nos vamos a
visitar la parte baja de la casa, dejando de nuevo los tablones empinados.
Hacemos algunas grabaciones y con pilas nuevas, intentamos un contacto con la
spirit box. Obtenemos algunas respuestas que damos por buenas. A lo largo de la
visita estamos de acuerdo en que es una voz masculina la que suele contestar.
Nuestro compañero pregunta si es el jefe, el dueño de la casa. Nos parece
escuchar que sí, además de percibir varias veces el nombre del compañero, y una
mujer que dice “Ana”, también en dos o tres ocasiones. En las grabadoras quedan
registrados pasos que se acercan a nosotros, y algún golpe lejano en las
estancias superiores. Hemos vuelto a colocar dos tablas del mismo modo que las
anteriores pidiendo que las tiren al suelo, esta vez sin éxito. Las dejamos
apoyadas una contra la otra, aunque si caen, o más bien cuando caigan no lo
sabremos.
-
“Puta”
¿En
serio?, si, todos hemos oído lo mismo.
-
¿Quien es una puta?
-
“Las dos”
Somos
dos mujeres y un hombre los que estamos presentes en esta investigación. Nos
quedamos perplejos y desde luego que nos entra la risa. ¿Es realmente posible
que un “fantasma” pueda tener la capacidad de desarrollar una calificación
personal?. Ya sea un piropo, un insulto o un simple comentario, estamos
comprobando que si. Nuestro compañero, con el fin de provocar algún fenómeno,
pregunta de nuevo a quien de las dos va dirigido tan soez a la par que
divertido (en esta circunstancia) nominativo. Quien de las dos es la que le “gusta” ,
incluso si quiere que una o las dos nos quedemos ahí con ellos, pide que nos
toquen. A fin de obtener alguna respuesta más, seguimos preguntando lo mismo
con distintas palabras, pero no tenemos ninguna respuesta más.
Empieza a anochecer, así que finalizamos
la investigación por hoy. Hemos quedado claramente satisfechos con lo ocurrido
esta tarde.
Revisando
las grabaciones, descubrimos que como antes relataba, han quedado registrados
pasos, conversaciones lejanas, el caer de los tablones del baño, el grito
desgarrador, y también, algo que me provoca una intensa sensación de que los
habitantes de la casa, realmente recuerdan, escuchan y en el fondo saben
quienes somos.
Casi
todo lo relatado ha quedado grabado, especialmente mientras experimentábamos
con la spirit box. Justo antes de decir “puta” mediante la spirit, box, la
grabadora ha registrado un susurro en el que claramente dice el nombre de una
de las dos chicas presentes en la investigación. La voz de un hombre,
probablemente el mismo que nos ha contestado toda la tarde, susurrando el nombre de una de nosotras en la
grabadora, y acto seguido una voz femenina en la spirit box que dice: “puta”.
Se me eriza la piel. En varias ocasiones hemos oído como repetían el nombre de
nuestro compañero, y ahora descubrimos que habían susurrado otro nombre de una persona
presente. ¿Recordarán que ya habíamos estado allí?. ¿Prestan atención cuando
nos presentamos al llegar?. ¿Prestan atención cuando mencionamos nuestros
nombres?. ¿Lo seguirán recordando?.