La Casa Lila
2ª Visita
Hoy volvemos a la emblemática “Casa
Lila”. Recordemos que es un lugar con una escalofriante leyenda, pues se cuenta
que la familia que ahí residía fue asesinada por el cabeza de familia de la
misma, y luego éste se suicidó.
En esta ocasión, nos acompaña un joven
amigo, ansioso de experimentar las sensaciones que esta casa estamos seguros
nos va a ofrecer.
Llegamos a media tarde aun con luz
diurna. Primero inspeccionamos el lugar. Los alrededores ofrecen unas hermosas
vistas, y aparentemente parece una tranquila casa abandonada, algo derruida y
con evidentes señales de que es uno de los lugares más visitados no sólo por
investigadores como nosotros, sino también por artistas callejeros y otras
denominaciones que han dejado allí su huella.
Aprovechando que aún gozamos de luz
natural, nos adentramos en la casa y visitamos todas las estancias tanto
superiores, como inferiores. En cada visita encontramos un deterioro mayor de
la instalación, en cualquier momento podría venirse abajo. Tan sólo dos de
nosotros nos atrevemos a visitar las plantas superiores. Con mucho cuidado y de
uno en uno, cruzamos los tablones y las maltrechas escaleras. En la segunda
planta apenas hay suelo, solo quedan unas vigas muy poco fiables así que vamos
directamente a la tercera planta. El ambiente se enrarece un poco, aunque la
belleza de la cúpula central parece llamarte a observarla. Capto varias orbes
desde mi posición con la cámara, buena señal de que tendremos lo que venimos
buscando: un poco de acción.
Bajamos a la primera planta de nuevo,
para visitar el baño en el que presuntamente el cabeza de familia degolló a su hija.
Es una pequeña habitación, con una bañera empotrada. En esta ocasión, nuestro
ilustre invitado ha traído una linterna ultravioleta, con la que inspecciona la
bañera. Encuentra varias gotas de fluidos corporales, probablemente sangre,
pero no corresponde con un degollamiento ahí mismo. Nos quedará la duda, aunque
también la tranquilidad de pensar que pudo no ser el emplazamiento de tal acto
de brutalidad.
Nos adentramos en la bodega, en el sótano
de la casa. Está tal y como siempre: viejo, abandonado pero como cabría
esperar, activo…
Pasos.mp3
Pasos.mp3
Decidimos volver al baño, ya entrando en
la oscuridad de la noche, para empezar a experimentar. Nos acomodamos en el
pequeño habitáculo y preparamos nuestras grabadoras y demás arsenal de
experimentación.
Vamos a ver que nos podemos llevar hoy
como experiencia, empezando por poner las grabadoras en marcha. Recitamos en
voz alta las preguntas habituales que solemos utilizar:
-
¿Hay alguien aquí con nosotros?
-
¿Cómo te llamas?
-
¿Puedes dar un golpe?
-
En caso de responder físicamente a esto ultimo:
¿Puedes repetirlo?
Etc…
Etc…
Fantástico!, esta casa nunca nos
decepciona, y lo más gratificante de visitarla, es encontrar lo que buscamos:
respuestas. Al revisar las grabaciones, nos encontramos con que de nuevo han
interactuado con nosotros. Hemos captado:
-
“Que te calles”
-
“Cállate”
-
“Javier”
Ésta
última respuesta no es del todo clara, pero creemos entender que pronuncia ese
nombre: “Javier”. Es bastante impresionante captar una psicofonía en la que se
escucha el nombre de uno de los presentes, aunque no es la primera vez que ocurre.
Que te calles ya.mp3
Que te calles ya.mp3
Nos disponemos a continuar con nuestro
propósito, cuando oímos voces de niños, hablando, posiblemente jugando,
cruzando los caminos cercanos a las inmediaciones de la casa. Oh, valla, al
escuchar la grabación, curiosamente no se ha captado las voces de los niños. Al
ser ruidos tan claros y cercanos, la grabadora tiene que haberlo registrado y
de este modo descartarlo como psicofonía. Pero no. No hay nada grabado, y eso
es muy extraño.
Siempre
tenemos al menos una grabadora en marcha para estos casos, ya que a veces
mientras hablamos hay voces que interfieren en las conversaciones. No volvemos
a oír estas voces de niños en directo ni en las grabadoras, pero si otros
sonidos.
Nos quedamos un momento en silencio ya
que estamos escuchando en directo algo muy curioso. Nos hacemos señales entre
nosotros para comprobar que todos oímos lo mismo y estamos de acuerdo de que
ese sonido viene del mismo sitio. Correcto. Escuchamos el sonido característico
de movimiento de vajilla en la planta superior. Vaticinamos que alguien
estuviera fregando la vajilla, o varias personas estuvieran cenando concuerda
mejor. Son alrededor de las 10:00 de la
noche, y preguntamos:
-
“¿Podéis repetir, por favor?, ¿Estáis cenando?
Además
de repetir el mismo sonido como respuesta a nuestra petición, al revisar la
grabación, encontramos algo bastante sorprendente, ya que la respuesta
claramente emitida por ninguno de nosotros va dirigida a nuestras preguntas:
Mientras tanto, uno de nuestros
detectores de luz que ya había saltado, volvió a iluminarse. Todos estábamos
sentados, nosotros no pudimos ser quien lo hizo saltar. Para más seguridad,
cambiamos el detector por otro similar en el mismo lugar. Varios minutos
después este segundo detector se ilumina, lo cual indica que es otra evidencia
de que no estamos solos.
Comentamos algo curioso. Desde que
estamos en el baño, de cuando en cuando percibimos olores. Todos estamos de
acuerdo en que pasa un olor como a cañería vieja o agua estancada, después a
orina, más tarde la cañería y luego vuelve el de la orina, y también en una
ocasión a lo que nos pareció putrefacción. No le damos del todo mucha
importancia porque es una construcción muy antigua, pero los olores eran
distintos e iban y venían, no eran constantes. Al suceder mientras otros
fenómenos estaban en marcha, nos resulta inquietante.
Ruido platos.mp3
Ruido platos.mp3
Probamos con la “spirit box”. No tenemos
mucha suerte con este sistema de contacto, ya que solo obtenemos una presunta
respuesta, que curiosamente, ya obtuvimos la última vez.
-
Preguntamos: “Esta es la casa…?”
-
Respuesta: “Lila”
Mientras
estamos experimentando, continuamos escuchando en directo voces, susurros,
alejadas conversaciones, lamentos, pero también algo muy curioso: canturreos.
Decidimos cambiar de estancia, y bajamos
al sótano. La sensación en ese lugar de la casa es más fuerte que en otras
habitaciones. Sensación no sabemos explicar muy bien de qué. La actividad
paranormal es muy evidente en la casa Lila, pero el sótano, podríamos
denominarlo como la zona estrella en este contexto.
Las
voces siguen manifestándose, voces, susurros, pasos que nuestras grabadoras
también registran incluso, música!. Fantástico, se escucha música en las
grabaciones, esto es bastante inusual, incluso desconcertante. En un lugar con
una leyenda tan terrible en el que podemos claramente oír lamentos, gritos
lejanos, voces inquietantes, hemos captado música. Inequívocamente, el elemento
provocador de sentimientos por excelencia. Bravo!, no dejamos de sorprendernos
con este emblemático y tan visitado lugar.
Bueno.mp3
Bueno.mp3
Probamos con la tabla de ouija, pero
rápidamente en cuestión de minutos cerramos sesión ya que no estamos cómodos
con lo que encontramos. A las preguntas que realizamos nos contesta
rápidamente:
-
Que sí que nos conoce.
-
Se llama “F”.
-
Que tiene una estatua de sí mismo en algún
lugar.
-
Cuando queremos desconectar y cerrar sesión
remolonea y no quiere dejarnos.
Tenemos
la intuición de que estamos contactando constantemente con un ente llamado
“Pazuzu”, que es tan sólo uno de los varios nombres por el que se le conoce. No
nos gusta por donde va el movimiento del cursor de la ouija, mejor lo dejamos.
Preferimos experimentar algo que si suele
funcionar y muy bien: quedarnos totalmente a oscuras. Apagamos linternas y
velas y vamos comentando si sentimos u oímos algo.
Librándonos
de toda sugestión ya superada, una compañera asegura haber sido “acariciada”
suavemente en una pierna, de rodilla hasta el tobillo. Al mismo tiempo un
compañero nota en las piernas un frio repentino, que yo sentada a su lado, al
instante también sentí. Llegamos a la conclusión de que al estar a oscuras, si
hay algo o alguien que tuviera la posibilidad de moverse y acercarse a
nosotros, de este modo se está atreviendo. Hacemos alguna foto al vacío de la
oscuridad y efectivamente, captamos orbes.
Cambiamos
la estrategia y dejamos que un compañero, por voluntad propia se quede en esa
estancia solo, mientras los demás nos comunicamos con él desde la estancia
contigua. Igualmente sin ninguna luz más, que la que proporciona la tenue luna
fuera de la casa, otra compañera asegura haber sido “tocada” en la espalda.
Este acto tan sencillo de quedarse a oscuras, nos da a entender que podemos ser
el blanco de fenómenos físicos en nuestro propio cuerpo.
De nuevo una experimentación
satisfactoria la de esta noche. Pero antes de irnos, nos quedamos un rato en la
estancia central del piso a nivel cero de la casa, bajo la cúpula.
Eli.mp3
Eli.mp3
Nos quedamos de nuevo a oscuras. Sentimos
que no estamos solos. Una compañera empieza a sentirse mal. Le duele estómago y
augura que si estamos acompañados, ese algo o alguien tiene una energía muy
negativa. Esta muy enfadado. Es la misma sensación que tuve yo al principio de
la noche en el tercer piso. Entonces ocurrió algo que aún hoy nos mantiene a
todos perplejos.
-
Preguntamos: “¿Hay alguien aquí con nosotros?,
¿Puedes hacer acto de presencia, o una señal de que estas aquí con nosotros?,
¿Puedes lanzar una piedra, que no nos alcance a ninguno?
No
hubo respuesta en ese mismo instante, seria pedir demasiado, pero escasos
minutos después, calló una piedra desde el piso superior. No nos alcanzó a
ninguno, pero estuvo muy, muy cerca de nuestro invitado. Este nos pidió varias
veces que confesáramos si habíamos sido alguno de nosotros, pero no hacemos ese
tipo de bromas. No, claro que no habíamos sido ninguno de los presentes,
alguien había respondido físicamente a la petición de nuestro compañero.
Increíble. Este auténtico paraíso de fenómenos paranormales, este lugar conocido
como “La Casa Lila”, no sólo responde dejando notables psicofonías, o nos
permite escuchar actos cotidianos como manejar vajilla, caminar, o algo tan
fantástico como dejarnos escuchar música sino que también responde a “lanzar
piedras”. Resulta bastante insólita esta respuesta.
Hemos terminado por hoy. Estamos muy
satisfechos con los resultados. Aun no logramos que alguien o algo se aventure
a desvelarnos qué fue lo que ocurrió realmente allí, pero tenemos la esperanza
de que algún día será el propicio para dejarnos conocer esta historia. Mientras
tanto, alimentaremos la ilusión de “volver a por más”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario